Rica en los más diversos ingredientes
y técnicas, la gastronomía caraqueña es, en definitiva, la conjunción de
sabores producto del mestizaje que caracteriza a sus habitantes. El plato de la
capital es una mezcla balanceada de la tradición indígena de los pobladores
originarios, la cocina clásica de los europeos y las especias traídas por los
esclavos africanos, todos cocinados al fuego lento de más de 500 años de
historia.
Cocina prehispánica
Arepa venezolana rellena de una de las formas más populares de Caracas, con queso amarillo Foto: venezuelatuya.com |
Miguel Ángel Asturias llamó al
habitante americano el “hombre de maíz”. De este producto se obtiene la
preparación que caracteriza a la cocina venezolana: la arepa. Este bollo
redondeado, realizado con la harina resultante de la molienda del maíz, es
asado y relleno de los más diversos ingredientes, o utilizado como pan en el acompañamiento
de otros platos.
Casabe asado a la manera tradicional sobre un budare. Foto: Wikipedia |
Cocina colonial y mantuana
La llegada de los españoles, de la mano de Cristóbal Colón, representa la introducción a tierras
venezolanas de los sabores más arraigados de la cocina europea y africana.
La incorporación de la carne de res y el pollo a la dieta venezolana, transformó por completo la culinaria local. Con su entrada al menú caraqueño nacen platos como el sancocho, un cocido o cazuela que integra estas proteínas con verduras y tubérculos propios de las tierras venezolanas y algunos cultivos importados.
El amplio repertorio de especias africanas cruzó el Atlántico en las naves esclavistas,
agregándole una inyección de sabor a los platos mediterráneos de
los españoles en la forma de la pimienta, el clavo y la canela, ingredientes
tan comunes en la actualidad en las despensas de Caracas. De esta inmigración
debemos agradecer los guisos especiados empleados en un sinfín de platos y cuya
inspiración se remonta a las diferentes formas que presenta el “tajín” en
África.
Es en este período que surgen los platos que signan el día a día del venezolano contemporáneo. La llamada cocina mantuana, es la que tiene su origen en la ciudad de los techos rojos que nació y se expandió desde el siglo XVI, la que un 19 de abril dijo que no al poderío imperial y la que vio nacer al hombre que libertaría a la mitad de las naciones americanas.
El historiador Germán Carrera Damas comenta sobre el régimen alimenticio de este período lo siguiente:
La incorporación de la carne de res y el pollo a la dieta venezolana, transformó por completo la culinaria local. Con su entrada al menú caraqueño nacen platos como el sancocho, un cocido o cazuela que integra estas proteínas con verduras y tubérculos propios de las tierras venezolanas y algunos cultivos importados.
El amplio repertorio de especias africanas cruzó el Atlántico en las naves esclavistas,
Sancocho de gallina |
Es en este período que surgen los platos que signan el día a día del venezolano contemporáneo. La llamada cocina mantuana, es la que tiene su origen en la ciudad de los techos rojos que nació y se expandió desde el siglo XVI, la que un 19 de abril dijo que no al poderío imperial y la que vio nacer al hombre que libertaría a la mitad de las naciones americanas.
El historiador Germán Carrera Damas comenta sobre el régimen alimenticio de este período lo siguiente:
“La
formación del régimen alimentario criollo, que se opera a lo largo de los dos
primeros siglos de conquista y colonización, pasa por tres etapas sucesivas,
conducentes a su configuración, que si bien guardan un orden progresivo con
respecto a su producto final, coexisten a lo largo del período, de acuerdo con
la zona geográfica de que se trate. La primera, que puede llamarse alimentación
de guerra o de conquista, se caracterizó por la violencia que impregnó los
contactos iniciales entre europeos y americanos; la segunda, que denominaremos
de implantación de patrones europeos, estuvo signada por el denotado intento
del conquistador por producir su paisaje alimentario; y la última, que
llamaremos de adaptación, tuvo como rasgo fundamental la mutua adopción, por
parte de conquistadores y conquistado, de elementos de sus respectivos
regímenes alimentarios y la inserción, por parte de los esclavos negros, de una
cultura adicional.”
Culinaria del siglo XX
La gastronomía de la capital
venezolana se enfrenta a una nueva transformación entrado ya el siglo XX. Entre
los años 40 y 60 de este período, el país se encuentra en un nuevo proceso de
mestizaje, el viejo continente está en guerra y Venezuela se promete como la
tierra de las oportunidades para aquellos que lo han perdido todo.
Españoles, italianos, portugueses,
franceses y alemanes representan el número más grande entre los arribos. A
estos se les puede sumar grupos de griegos, sirios, turcos y libaneses que
trajeron consigo los sabores del medio oriente.
Caracas se convirtió entonces en una
ciudad cosmopolita, impulsada por el boom petrolero y llena de habitantes de
los más diversos orígenes e historias. Se incorporan al menú platos
representativos como la pasta, la bollería clásica francesa, los productos
embutidos y los arroces condimentados.
Caracas para el sibarita moderno
Como
ciudad cosmopolita que es, Caracas se adapta a la velocidad con la que viaja el
siglo XXI. La globalización no ha dejado atrás a la capital y la cultura de la
comida rápida ha proliferado entre las calles de la urbe, pero entre las
hamburgueserías con estilo venezolano y los puestos con empanadas de los más diversos rellenos se
pueden encontrar espacios donde se desarrolla la nueva gastronomía caraqueña.
Haciendo una oda a lo “vintage”, el rescate de los platos tradicionales de la colonia en su forma más clásica reaparece en la mesa de los restaurantes, fusionados con ingredientes ajenos a las recetas originales e incorporando la tecnología de las cocinas del nuevo milenio.
Empanadas de maíz. Su variable relleno las hace una gran protagonista de los desayunos de Caracas |
Haciendo una oda a lo “vintage”, el rescate de los platos tradicionales de la colonia en su forma más clásica reaparece en la mesa de los restaurantes, fusionados con ingredientes ajenos a las recetas originales e incorporando la tecnología de las cocinas del nuevo milenio.
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